EDITORIAL

Un buen momento para cambiar el rumbo

 

Valdemoro,4 de noviembre de 2012 

De muy importante cabe calificar la visita que realizaron a mediados de septiembre Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid al arroyo de La Cañada. Su objetivo no era otro que el de certificar –con un levantamiento de acta-  la presencia del escaso coralillo en este singular enclave de nuestro municipio. Una circunstancia hasta el momento “silenciada” por estudios cuya vocación -por más que cueste creerlo- declaraba ser la de evaluar la incidencia ambiental de las infraestructuras propuestas. Este ha sido precisamente el caso del estudio de impacto ambiental de la nueva E.D.A.R., un documento que haciendo del despropósito bandera venía a ajustarse como un guante a los deseos del promotor del proyecto de obtener -sin contratiempos- el visto bueno de las, ya de por sí, poco exigentes autoridades regionales. El acta de los AAFF viene a subsanar este inconcebible “descuido”. 

Esta rara especie, vinculada a los saladares del interior peninsular, ejemplifica el extraordinario valor de la biodiversidad de los espacios naturales de Valdemoro.

Sin embargo, la necesidad de conservar para las futuras –y las nuevas- generaciones este patrimonio natural no parece formar parte en modo alguno de las prioridades del actual equipo de gobierno. En enero de 2010 la corporación municipal aprobó una moción para detener la pérdida de biodiversidad local.  En realidad lo único que se vino a detener fue el desarrollo de la propia moción toda vez que, transcurridos dos largos años desde entonces, no se ha puesto en práctica con acciones tangibles. 

Con la testificación de los AAFF, el gobierno del señor Boza tiene una oportunidad excepcional de demostrar a toda la ciudadanía la importancia que verdaderamente se concede desde la institución a nuestro medio ambiente, más allá de pomposas e ilusorias invocaciones de la sostenibilidad ambiental. Así lo ha entendido Espartal-Ecologistas en Acción al instar tanto al alcalde como a Manuel Salguero, que asumirá las competencias de Medio Ambiente tras el insustancial paso de David Conde, a impulsar un plan que garantice la conservación de la especie en Valdemoro. 

Será por otra parte una ocasión inmejorable para calibrar la reciente y muy embarazosa decisión de gestionar al alimón, desde una misma concejalía, dos ámbitos que la experiencia ha revelado inconciliables debido el efecto devastador que las políticas urbanísticas han supuesto para el medio ambiente. Y de esta indeseable dinámica nuestro municipio representa hasta ahora un claro ejemplo.