EDITORIAL

El Espartal en Bruselas

 

 Valdemoro,14 de enero de 2014

El próximo 20 de enero la Comisión de Peticiones examinará en Bruselas la queja que Ecologistas en Acción de Valdemoro presentó en 2012 en respuesta al proyecto de la nueva EDAR en El Espartal. Es difícil exagerar la trascendencia de la cita ya que de la decisión que, presumiblemente, adopten las autoridades europeas dependerá en gran medida el destino del más importante espacio natural de Valdemoro. Detrás quedan más de cuatro años de esfuerzos encaminados a enmendar la desafortunada elección de la finca para acoger una infraestructura que, ni tan siquiera, servirá para poner fin al deplorable estado actual del arroyo de la Cañada.

Un proyecto, en efecto, cuya idoneidad y ambición quedan en entredicho al renunciar a abordar la eliminación de los aliviaderos que hoy contaminan gravemente el entorno con el excedente de aguas fecales urbanas. Un proyecto, el del Canal de Isabel II, al que urge en suma un profundo replanteamiento, dada su manifiesta incompatibilidad con la conservación de los valores naturales y con el cumplimiento de la legislación ambiental europea. 

El retraso en los plazos de ejecución ha obedecido, en conclusión, a la intervención de estas instancias a las que motivos no deberían faltarle este lunes para refrendar la definitiva impugnación del proyecto en el actual emplazamiento. Los miembros de la Comisión cuentan con sobrados antecedentes para desautorizar a la díscola y reincidente administración madrileña. Hoy nadie ignora que los responsables regionales –quienes conciben toda regulación o norma legal como un indeseable estorbo a su aviesa voluntad desarrollista- han tenido el dudoso honor de protagonizar bochornosos episodios precisamente con motivo de su reiterado incumplimiento de la legislación ambiental. Recordemos la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo que declaró –por el desdoblamiento ilegal de la M501- responsable al Reino de España, representado por la Comunidad Autónoma de Madrid, por incumplir la Directiva 85/337/CEE, sobre evaluación de impacto ambiental y a la Directiva 92/43/CEE, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres. Esta última, la conocida como “Directiva Hábitats”, es la norma que el proyecto de la nueva EDAR maltrataría clamorosamente de llevarse finalmente a efecto. En esta línea, ampliando el copioso argumentario ya registrado, esta misma semana Ecologistas en Acción de Valdemoro ha dirigido a la Comisión de Peticiones un nuevo escrito que completa la petición que el lunes se examinará en Bruselas.  

Una aplicación coherente y cabal de esta importante disposición legal debería finiquitar la testaruda voluntad de la Comunidad de Madrid -y del propio Ayuntamiento de Valdemoro- de inaugurar la urbanización de El Espartal a través de la nueva depuradora. Esta interpretación de la ley debería cerrar igualmente el paso a toda fórmula de contraprestación que permitiera su implantación con la disculpa de la aplicación de medidas compensatorias. Llegados a este punto cabe confiar en el buen criterio de las autoridades comunitarias.  

Paradójico resulta que ese mismo entramado institucional europeo que hoy nos recomienda durísimos recortes sociales y alienta el austericidio abrigue aún un corpus legislativo al que aferrarse como última línea de defensa ante el agresivo antiambientalismo de las administraciones españolas.