EDITORIAL

Se mantiene el pulso por salvar El Espartal

 

 Valdemoro,27 de enero de 2014

 Hace una semana la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo decidió proseguir la investigación de las quejas presentadas por Espartal-Ecologistas en Acción y EQUO sobre la EDAR de Valdemoro y el proyecto Madrid Dpura, respectivamente.

Ambas organizaciones no desaprovecharon la ocasión para expresar una vez más -y en este caso en Bruselas, ante los miembros de la Comisión- su rotunda oposición a la disparatada ubicación de la infraestructura dentro de El Espartal. No es descartable que la presencia de los representantes ecologistas sirviera, y tal vez mucho, para evitar el cierre de las peticiones.

A ello hay que añadir, sin duda alguna, la acertadísima intervención del eurodiputado de Aralar, Iñaki Irazabalbeitia, quien expuso la necesidad de mantener abierto el caso, dada la inexistencia de datos contrastados sobre el coste económico supuestamente inasumible del emplazamiento alternativo. 

Recordemos que el Canal de Isabel II despachó la propuesta, sin apenas contemplaciones, escudándose en lo oneroso que resultaría bombear agua, al situarse la parcela en una cota superior respecto a la de las alternativas “oficiales”, por más que –sorprendentemente- terminara introduciendo en el proyecto la construcción de una estación de bombeo para impulsar, hasta la nueva EDAR, las aguas residuales del arroyo Buzanca. 

El eurodiputado vasco estimó que sin ese dato la Comisión no podía posicionarse y, con ello, no hizo sino poner todo el foco en el riesgo de precipitar una decisión atendiendo antes a criterios de estricta índole económica que a los realmente medioambientales. Por su parte el representante de la Comisión Europea, José María Ramos Florido, informó que las autoridades españolas, tras ser consultadas, consideran que la alternativa elegida no tiene un efecto significativo sobre el medio ambiente.

 

Superando la tentación de tomar a broma semejante necedad, sólo nos cabe calificar esta apreciación de muy imprudente si tenemos en cuenta, por ejemplo, que el movimiento de tierras previsto por el Canal bastaría para anegar casi un tercio del estadio Santiago Bernabéu. Todo ello dejando de lado -en el remoto supuesto de que ello fuera posible- que esta enorme remoción de terreno tendrá lugar en una parcela considerada de alta calidad paisajística. Muy temeraria afirmación, en definitiva, la de las autoridades si consideramos –abundando en la gráfica comparación deportiva- que la opción escogida supondrá la destrucción de una superficie de hábitats naturales de interés comunitario equivalente a 7 campos de futbol. 

No está de más recordar que el artículo 6 de la Directiva Hábitats –especialidad del experto Ramos Florido- establece que “en el caso de que el lugar considerado albergue un tipo de hábitat natural y/o una especie prioritarios, únicamente se podrán alegar consideraciones relacionadas con la salud humana y la seguridad pública, o relativas a consecuencias positivas de primordial importancia para el medio ambiente, o bien, previa consulta a la Comisión, otras razones imperiosas de interés público de primer orden”. Por tanto, ¿cómo es posible concluir –tal y como declaró el lunes el representante de la Comisión Europea- que, de acuerdo con el examen técnico de sus servicios, no se ha podido apreciar una posible infracción al derecho de medio ambiente de la UE aplicable?. ¿Acaso olvida los responsables de la Comisión que hasta el propio promotor reconocía que la práctica totalidad de ambas parcelas ocupan hábitats naturales de interés comunitario?.   

La investigación, por fortuna, sigue su curso y toca ahora indagar una posible, deseable y factible alternativa al proyecto. Frente a este razonable objetivo se sitúan quienes anteponen los intereses económicos a los ambientales. Los mismos que ansían el retorno de los años del ladrillazo y para los que una nueva EDAR dentro de El Espartal -con una capacidad para 400.000 habitantes equivalentes, no olvidemos- es una opción estratégica a la que no están dispuestos a renunciar fácilmente.