Interés de los Humedales Salinos
El arroyo de la Cañada de Valdemoro es uno de los rincones probablemente más importante desde el punto de vista ecológico y científico de toda la región madrileña.
Valdemoro,2 de febrero de 2013
Nos hallamos en uno de los rincones probablemente más importantes desde el punto de vista ecológico y científico de toda la región madrileña. Los humedales salinos son verdaderas reliquias del pasado ya que reproducen condiciones biológicas muy remotas. La diversidad biológica que ostenta este tipo de parajes se ha relacionado con los interesantes procesos geoquímicos y de redistribución de sales y nutrientes que tienen lugar en su seno.
Muestra de ello es la presencia de especies de plantas que únicamente pueden encontrarse aquí, debido a su extraordinaria especialización a unas condiciones ambientales tan restrictivas. Otro tanto ocurre con ciertos organismos animales que aquí se dan cita. En los últimos años se ha confirmado -en este mismo paraje- la presencia de invertebrados que han sido recientemente descritos por la ciencia[1], además de especies de distribución muy restringida que constituyen endemismos ibéricos o norteafricanos. Todo ello nos da una idea precisa de su relevancia para la conservación de la biodiversidad.NECESIDAD DE PROTECCIÓN
Por tanto parece justificada la necesidad de proteger de manera efectiva toda la riqueza natural de los humedales. Esta urgencia choca, sin embargo, concretamente en este lugar con problemas como la contaminación por aguas residuales de los núcleos urbanos o la localización de actividades e infraestructuras de fuerte impacto ambiental para los que se han propuesto alternativas factibles (como es el caso de la autovía M-404 o la nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales –EDAR- de Valdemoro).
El entorno del arroyo de La Cañada reúne méritos suficientes para haberse sumado a los 23 humedales de la Comunidad de Madrid incluidos en el Inventario Nacional de Zonas Húmedas.[2]
[1] Como el escarabajo avispa español (Neoplagionotus marcae) -descrito por la ciencia en 1997- o el criptocéfalo manchego (Cryptocephalus bahilloi) –descrito en 2004- o la avispa Ischnogasteroides picteti, entre otros.
[2] En el mes de julio de 2004 se produjo la revisión del catálogo de embalses y humedales de la CAM. En la misma, el Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó en su reunión de fecha 2 de septiembre de 2004, la primera revisión del Catálogo de Embalses y Humedales en el que incorpora ocho nuevos humedales situados en distintos puntos de la Región.
En total, los humedales se incrementan de los 15 catalogados inicialmente en 1991 a un total de 23.
Esta competencia de las Comunidades Autónomas, en este caso la madrileña, tiene una importante traducción estatal ya que esta relación de nuevos humedales es más tarde incorporado a través de la correspondiente resolución al Catálogo Nacional de de Zonas Húmedas (Ej. Resolución de 16 de octubre de 2006, de la Dirección General para la Biodiversidad, por la que se incluyen en el Inventario Nacional de Zonas Húmedas, humedales de la CAM).
En la Exposición de motivos del Acuerdo de Consejo de Gobierno de 10 de octubre de 1991, por el que se aprobó el Catálogo de Embalses y Humedales de la Comunidad de Madrid, se indicaba que dicho Catálogo podría ampliarse y completarse con la inclusión de nuevos embalses y humedales a medida que se dispusiera de nuevos datos o mejor información sobre los mismos.