EDITORIAL
ARBOLADO URBANO: Y EN ESTAS LLEGÓ FILOMENA
Valdemoro,15 de febrero de 2021
Tras unos apellidos de exuberancia vegetal se esconde un alcalde al que en realidad el arbolado le importa un bledo. Son muchos ejemplos ya, demasiados, confirmando que en Valdemoro sufrimos a un regidor que consiente cualquier atentado o abuso sobre nuestros árboles urbanos.
Acabamos de notificarle que en Residencial América, con la constructora ALZA como brazo ejecutor, se han eliminado ahora 7 ejemplares más en sus obras de la Avenida de Hispanoamérica. Y ello con posterioridad a nuestras denuncias, que pusieron el foco sobre un más que evidente comportamiento infractor.
Los responsables de esta promoción llevan meses burlándose del pomposamente bautizado como Plan de Conservación y Fomento del Arbolado Urbano de Valdemoro. Y es que casi a punto de rematar la faena, y pasar a entregar las viviendas, siguen sin proteger plátanos y acacias de los zarpazos finales de sus máquinas. ¿Por qué razón permite esta prolongada infracción de la normativa señor Parra Perales?
Nunca se lo pusieron tan fácil a estas empresas arboricidas que hoy multiplican su actividad a lo largo y ancho de Valdemoro, en esa disparatada reedición del ladrillazo que se ha declarado en nuestro municipio.
No faltan nuevos casos que subrayan la incompetencia de los gestores de la concejalía de medio ambiente a la hora de poner en práctica el mínimo celo por respetar y hacer respetar la normativa que sobre el papel ampara al arbolado de esta ciudad. ¿Alguien sabe, por cierto, en qué anda ocupada últimamente –desde junio de 2019 en concreto- la concejala Marta Blázquez?
Las muy avanzadas obras de canalización en la Cuesta de Valderremata se han desarrollado -qué novedad- al margen de la vigilancia del personal técnico de parques y jardines. El resultado, como no podía ser menos, son árboles dañados por maquinaria pesada que todavía hoy amenaza a los desprotegidos ejemplares con nuevas agresiones.
La promoción Berzeus II, en la Avenida de las Morcilleras, es el penúltimo episodio de desprecio y destrucción de ese capital patrimonio que representan los árboles urbanos. Tala injustificada, arrancamiento de pies arbóreos, todo vale cuando el objetivo es allanar dificultades al hormigonado y el rápido beneficio económico. Tanto más si ello ocurre en Valdemoro, municipio en el que igualmente se maltrata sin rubor el derecho ciudadano a la información ambiental.
Manifiestamente mejorable resulta en suma el quehacer institucional de algún que otro advenedizo a la política municipal.