EDITORIAL
NUEVO APARCAMIENTO, VIEJAS INERCIAS
Valdemoro, 8 de agosto de 2020
Como era de esperar, el alcalde de Valdemoro ha respondido a nuestra denuncia afirmando que lo del Jesús España ha consistido en una mera reforma y no en la construcción de un nuevo aparcamiento en superficie.
No es esa la conclusión que se extrae al examinar la envergadura de las labores emprendidas para renovar el polvoriento solar de tierra que el señor Parra pretende presentar ahora como preexistente aparcamiento del pabellón deportivo.
La instalación de un cerramiento perimetral de cimientos de hormigón y de un nuevo vallado metálico, rematado con una también nueva puerta corredera y, sobre todo, la sustitución del original pavimento de tierra por otro asfáltico obliga a hablar en realidad -no nos engañemos- de la construcción de un nuevo aparcamiento más que de una simple reforma.
Ahora bien, si como parece, el señor Parra prefiere buscar hoy atajos para evitar las prescripciones de la Ley del Arbolado podrá al menos revelarnos la ubicación de todos los árboles en su día plantados de acuerdo con aquella, ya entonces vigente, en la inauguración del Jesús España en 2007.
Y es que esos árboles estarán en los mismos alcorques de aquellos que dejaron de plantarse todos estos años atrás en aparcamientos como el del recinto ferial, el del hospital, el anexo al Mercadona del barrio de El Caracol o el de la piscina de Valdesanchuela. Sencillamente no se plantaron en su totalidad jamás, gracias a la inestimable colaboración de los responsables municipales.
El señor Parra haría bien en dejar las triquiñuelas para mejor tiempo. El que nos toca vivir está marcado, dramáticamente, por las manifestaciones cada vez más adversas del cambio climático. Su formidable desafío reclama gobernantes que entiendan de una vez el papel protagonista que debe jugar su administración en combatirlo. El carácter global de la amenaza nunca puede invitar a la desmovilización sino a todo lo contrario: la materialización de estrategias e iniciativas locales que tengan por objetivo intentar mitigar en lo posible sus efectos.
Plantar árboles y ampliar las zonas verdes se cuentan entre las medidas más asequibles y efectivas a disposición de los gobiernos locales. El ayuntamiento presidido por el señor Parra debe desplegar sin más dilación, con acciones concretas, la moción de declaración de emergencia climática que aprobó en septiembre de 2019.
Y, por último, no es menos prioritario proteger con verdadero celo nuestro arbolado consolidado, algo que por desgracia el gobierno municipal está lejos de garantizar, como demuestra su permisividad con el maltrato que están sufriendo los árboles en obras como las de Residencial América. Un episodio más de incumplimiento de su propia normativa.