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EDITORIAL

Valdemoro y la línea C-3

 

 

 Valdemoro,18 de abril de 2016

 

Días atrás conocíamos la aprobación de una moción presentada por el equipo de gobierno de Ciudadanos para mejorar el servicio de la línea C-3 de Cercanías. En tanto que usuarios diarios de esta línea sabemos bien de las limitaciones y carencias, muchas veces mortificantes, del actual servicio prestado por Renfe. Es imposible no estar de acuerdo con la reclamación de medidas como la del incremento de frecuencias en los trenes o la eliminación de los llamados “trenes cortos”, que amplían hasta lo indecible el repertorio de trastornos a los clientes de esta deficiente línea de transporte.

 
Cosa distinta es, sin embargo, reclamar una nueva estación, como de manera apresurada e irreflexiva se ha planteado en una enmienda de IU a la moción. Un supuesto este que obligaría por fuerza al desdoblamiento del actual trazado de la línea ferroviaria, con las repercusiones ambientales que se derivarían de ello.
 
En enero de 2010 Espartal-Ecologistas en Acción presentó alegaciones al proyecto  “Implantación de 3ª y 4ª vías entre Pinto y Aranjuez”, dado que la propuesta entrañaba diversas y muy serias amenazas para el medio natural y el patrimonio cultural de nuestro municipio. En ellas insistíamos en la fuerte incidencia ambiental de la alternativa, en razón de la importancia  botánica del área elegida por la presencia de valiosos endemismos, así como de la riqueza arqueológica de la zona, patentizada en los sucesivos hallazgos de la Ermita de Santiago, la Calderona y Buzanca.
 
Se pretende en síntesis rescatar la lesiva alternativa 5b del proyecto aderezada, eso sí, con el ilusorio reclamo de una nueva estación ubicada al sur del municipio, en un área distante y de mal acceso que, no obstante y según se presume, “beneficiaría” a los habitantes de los barrios del Caracol y del Restón.
 
Habría que recordar además que los redactores del proyecto justificaban la necesidad de esta nueva estación para prestar servicio a las futuras áreas de expansión industrial y urbana, respectivamente, de Valdemoro y Ciempozuelos, según el mismo patrón desarrollista cuyas desastrosas consecuencias económicas, sociales y ambientales seguimos, y seguiremos, pagando durante mucho tiempo. Esas mismas previsiones de crecimiento, a expensas de terrenos calificados –no olvidemos- como no urbanizables de especial protección, podrían ahora, irónicamente, recibir aliento de partidos que proclaman sensibilidad verde hasta en su propia denominación.
 
Después de todo lo sucedido estos años cuesta creer que las infraestructuras de transporte -verdadera avanzadilla de la ocupación y la especulación del territorio- sigan disfrutando de tan benévola percepción y escapando a una consideración más crítica.
 
Mucho esfuerzo ha llevado en Valdemoro esquivar y combatir los latigazos del urbanismo desbocado como para presenciar inmutables cómo se jalean hoy proyectos que podrían engendrar las problemáticas territoriales y sociales de pasado mañana.
 
Mientras tanto Renfe acaba de anunciar más trenes y más Civis en la línea C-3. Una buena noticia que podría dar lugar a explorar otras vías más ajustadas y, sin duda, deseables a las vías de la postulada alternativa 5b.