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EDITORIAL

Infracciones en el Cerro del Castillo

 

Valdemoro,19 de marzo de 2015

Apenas han sido precisos unos días desde el pistoletazo inicial –casi podría decirse unas horas- para que en el proyecto de acondicionamiento del Cerro del Castillo afloraran graves irregularidades. La empresa Virton iniciaba la demolición de sus edificios saltándose a la torera las leyes que obligan a gestionar -y valorizar- de manera adecuada los residuos generados.
Gracias a la actitud vigilante de ciudadanos residentes en las inmediaciones, tuvimos oportunidad de comprobar in situ cómo los escombros estaban siendo ocultados en el subsuelo y, lo que era peor, mezclados sin recato con abundantes restos de uralita.
 
Muy lejos de este admirable celo ciudadano se ha situado el comportamiento -nada ejemplar- de los técnicos municipales, que deben dar sin más demora explicaciones sobre su papel ante estas palmarias infracciones, una vez verificada su presencia tras saber de nuestra primera denuncia de los hechos al SEPRONA. Necesario es recordar que el “Semanal.es” –la revistilla de autopromoción del gobierno local pagada por todos los valdemoreños- informaba que las obras iban a realizarse según directrices y bajo la estrecha supervisión del ayuntamiento.
 
A nadie debería pasar por alto que este proyecto se ha vendido a la ciudadanía en momentos marcados por un contexto de honda crisis institucional, con un gobierno municipal en entredicho que recurre al banal ejercicio de compensar tanta ignominia con noticias en apariencia reconfortantes.
 
Pero no ha lugar a la complacencia. Este episodio pone de manifiesto que la gestión del gobierno del PP, en lo que atañe a la materia medioambiental, es un incesante coladero de incumplimientos e infracciones. Revela por enésima ocasión que el respeto al medio ambiente -y a las leyes que lo amparan- no incumbe a los persistentemente díscolos responsables municipales. La urgencia por amarrar los plazos de anheladas inauguraciones preelectorales está multiplicando, en suma, las negligencias de gestores de por sí poco escrupulosos del buen hacer y del acatamiento de las prescripciones legales.  
 
Y por si todo ello fuera poco, la presentación del proyecto ha sido aprovechada por el ayuntamiento para tergiversar, una vez, las cifras sobre la extensión de las zonas verdes municipales. Desde aquí denunciamos la falacia de estas estimaciones. Este cálculo responde a una contabilización interesada de la superficie total de zonas verdes del municipio, al  incorporar a la misma los -nada menos que- 440.000m2 del Parque de Bolitas de Airón. La inclusión en el Plan General de Valdemoro de estas 44 ha. pertenecientes a esta zona natural no es admisible en modo alguno por la propia naturaleza de la que fue antigua dehesa boyal del municipio, Que alberga el mayor bosquete naturalizado de árbol del paraíso de la Comunidad de Madrid. 
 
La localización de Bolitas del Airón, en la vega del arroyo de la Cañada, posibilita un alto nivel de humedad en el suelo que permite la existencia de un excepcional ecosistema de especies herbáceas, juncales y arbustos típico de zonas húmedas con alta concentración salina. Así, en espacios abiertos y en las superficies aclaradas del mencionado bosquete, predominan diversos juncales halófilos reconocidos como hábitats de interés comunitario por la “Directiva de Hábitats”. Es el caso del Hábitat 1410 Pastizales salinos mediterráneos (Juncetalia maritimi), que se caracteriza por praderas de juncales sobre sustratos margoso-arcillosos con nivel freático alto durante todo el año. Nada que ver, en definitiva, con un parque urbano.