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Infraestructuras en el río Jarama impiden el remonte de los barbos

 

Madrid,29 de abril de2014

Estos días es posible comprobar al pie de presas y azudes del río Jarama como numerosos ejemplares de barbos comunes intentan infructuosamente remontar el río para alcanzar las zonas de freza y poder reproducirse. Este fenómeno, que se repite todos los años y que afecta a la última especie autóctona que sobrevive en los tramos medios y bajos del principal río madrileño, es la consecuencia de la existencia de numerosas infraestructuras, presas y azudes, muchas de ellas abandonadas, que hace tiempo que han roto la continuidad del río. Mientras en el resto de España son habituales, en la Comunidad de Madrid y en la cuenca del río Jarama estas infraestructuras carecen de escalas para facilitar el remonte de los peces.

A pesar de la relativa recuperación de los últimos años el río Jarama es uno de los más contaminados de nuestro país, de hecho está “desahuciado” en el nuevo Plan Hidrológico de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT). En verano no es raro que sus tramos altos se encuentren desecados por el cierre radical de las compuertas de los embalses de El Vado, Pedrezuela, etc., como consecuencia de la nefasta gestión hidrológica que practica el Canal de Isabel II y el gobierno de la Comunidad de Madrid. A estos problemas sanitarios y ambientales hay que añadir la invasión de especies de peces exóticos que ya pueblan sus aguas, y que han sustituido a los ciprínidos que las habitaban tradicionalmente. La última especie que sobrevive, el barbo (Luciobarbus bocagei) tiene que añadir a esas dificultades la existencia de numerosos obstáculos que le impiden en estos días alcanzar sus zonas de freza para reproducirse.

Muchas de estas barreras son infraestructuras que están en desuso desde hace años, sin que la CHT se decida a su demolición y retirada como prevé la legislación, o han sido construidas y diseñadas por esta misma administración, encargada de la conservación de la riqueza fluvial. En aquellos casos excepcionales en que existen escalas para el remonte (presa de San Fernando de Henares, o en Mejorada del Campo), estas son inútiles para facilitar el remonte por graves deficiencias en su diseño.

A las dificultades para reproducirse se añade el efecto de compartimentación de las poblaciones de peces, lo que provoca un empobrecimiento genético. Desde hace tiempo entidades ecologistas de la Comunidad de Madrid venimos reclamando de la CHT medidas de recuperación fluvial, entre ellas la retirada de muchos de estos obstáculos y la construcción de escalas de peces con diseños apropiados. Incluso la puesta al día de la más elemental información sobre lo que sucede en el río (la CHT sólo tiene censadas dos infraestructuras, de las decenas existentes, en el “Inventario de infraestructuras en desuso”).

Los grupos ecologistas, ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción, GRAMA y Jarama Vivo, consideran inaceptable el abandono institucional del principal río madrileño y exigen de la CHT y de la Comunidad de Madrid un elemental plan de recuperación de los cauces y la vida silvestre que albergan.

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