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Varias organizaciones ecologistas denuncian la destrucción del saladar de Borox en favor de un polígono industrial

 

Madrid,19 de febrero de 2011

El trazado de la Autovía de la Sagra arrasará hábitats de interés comunitario burlando la legislación europea que los protege. 

Las organizaciones ARBA Bajo Jarama, Espartal-Ecologistas en Acción de Valdemoro, Ecologistas en Acción de La Sagra y de Toledo han comparecido en rueda de prensa  con el objetivo de explicar a la población el enorme valor medioambiental del Lugar de Interés Comunitario (LIC) Yesares del Valle del Tajo, integrado en la Red Natura 2000.

 

Este espacio protegido va a sufrir una intolerable agresión con la construcción de la autovía de La Sagra a su paso por Borox y el polígono industrial Jesús Menchero. A pesar de que la solución es tan simple como retranquear el polígono unos 100 metros, las autoridades autonómicas han optado por invadir el LIC.

El saladar de Borox está situado en el  arroyo de la Fuente de Seseña. Este pequeño curso de agua, forma un pequeño valle antes de desembocar en el río Tajo. El arroyo y varios de sus tributarios son de aguas salinas, y discurren por tierras de baja productividad agrícola.
Debido a su composición, las aguas de este arroyo generan un ecosistema muy especial. Al desbordarse estacionalmente aportan a la llanura de aluvión una gran cantidad de sales, que se concentran después, al producirse la evaporación. Ese ir y venir de crecidas y evaporaciones, ha generado un paisaje único. Algo así como un estuario o una marisma costera, pero en mitad de la Meseta.

Las zonas más bajas, sometidas a inundaciones periódicas de aguas con alto contenido en sales, se encuentran ocupadas extensamente por especies de plantas especialistas anuales, entre las que destaca la salicornia (Salicornia ramosissima). Son áreas muy importantes por el elevado número de endemismos de flora y fauna invertebrada. ( ....)

Los arroyos salados, almarjales y saladares, son hábitats de conservación prioritaria para la Unión Europea. Por ese motivo, se nos han dado generosas subvenciones: para conservar estos ambientes singulares, únicos. Y sin embargo, el saqueo del territorio a manos de nuestros gestores públicos, afecta incluso a estos lugares teóricamente intocables. Vivimos en un país en el que no se respeta nada, y el caso del almarjal de Borox es un ejemplo perfecto. Ya desde el propio almarjal podemos observar como se han realizado rellenos con tierras, para construir calles con farolas del polígono. 

Con el fin de paralizar la destrucción de este singular patrimonio natural los ecologistas han recurrido al defensor del pueblo y  a instancias europeas, confiando en que los tribunales europeos obliguen a los responsables autonómicos al escrupuloso cumplimiento de la legislación ambiental que obliga a todos los estados miembros.